La historia de Felipe Bozzo: aterrizaje de emergencia en Bolivia

Un viaje puede cambiarte la vida por completo. Cualquier suceso, imprevisto o problema durante el viaje puede provocar un cambio brutal en la vida de cualquier persona, y más si eres padre o madre y viajas con tus pequeños a bordo de un avión.

El avión está considerado como uno de los medios de transporte más seguros del mundo, ya que pese a los numerosos viajes que se realizan a lo largo del día hay muy pocos accidentes y víctimas mortales, si lo comparamos con los accidentes de coche, de barco o incluso de tren. Aunque las malas experiencias en el mundo aéreo existen (y no sólo en las películas). La historia de Felipe Bozzo, coaching empresarial, es impresionante. Déjate llevar por su historia y sus reflexiones sobre lo qué iba a ocurrir en ese vuelo de Avianca que tenía como destino final Bogotá.

Felipe Bozzo realizó un viaje de Buenos Aires a Bogotá con Avianca. Hasta aquí todo es igual que en otros vuelos, realizas el embarque, haces cola para embarcar, subes al avión, las azafatas de vuelo ofrecen toda la información sobre la seguridad del avión y a partir de ese momento comienza el viaje.

Aeropuerto Viru Viru

Hasta aquí no hay ninguna diferencia con respecto a otros vuelos en otras compañías aéreas, la principal diferencia se encontró a mitad del viaje entre Buenos Aires y Bogotá. A partir de este momento el viaje de Felipe Bozzo cambió de forma drástica.

Haciendo uso de los conocimientos que tiene sobre coaching empresarial y sobre el concepto de inteligencia emocional, Felipe Bozzo comenzó a preocuparse por su vida. ¿Qué pasaba? ¿Qué ocurría?

Conoce en detalle nuestro curso de Gestión emocional: Curso de Gestión emocional.

En medio del vuelo y según las declaraciones de Felipe Bozzo, el piloto dio un mensaje muy claro: “Hemos perdido tres toneladas de combustible y para mantener la seguridad del avión iniciaremos un aterrizaje de emergencia en el aeropuerto de “Viru Viru” (en Bolivia). El pánico envolvió todo el avión y los nervios comenzaron a invadir a Felipe.

Según se ha podido saber, el Airbus 330 de Avianca rompió la cañería principal de combustible en medio del vuelo, perdiendo así un total de 14 toneladas de gasolina y provocando un aterrizaje de emergencia en el aeropuerto de Bolivia.

Felipe Bozzo pudo observar cómo el ala izquierda del avión perdía cantidades grandes de combustible y nadie podía hacer nada por evitarlo. A partir de este momento la mente del coaching empresarial comenzó a diagnosticar la situación y a observar las caras, gestos y sonidos de todas las personas que estaban en el interior del avión.

¿Qué ocurría? ¿Qué estaba haciendo el avión? Según las declaraciones del propio Felipe Bozzo en su blog, el avión, situado a 10.000 pies de distancia, había comenzado el aterrizaje de emergencia lanzando combustible a 120 octanos.

De esta forma, Felipe Bozzo llegó a dos conclusiones claras. La primera de ellas es que el avión se quedaría sin combustible de un momento a otro, mientras que la segunda hacía referencia a la posibilidad que el avión explotara en el momento del aterrizaje. Esta segunda opción era la que más sonaba en la mente de Felipe Bozzo.

A continuación se escuchó el segundo mensaje del piloto: “Señores pasajeros, les recuerdo que está prohibido fumar, no enciendan sus teléfonos celulares, ni toque la campanilla. No vaya a ser que creemos chispa”.

Fue en ese momento cuando Felipe Bozzo pensó que había llegado su momento, que el avión nunca podría soportar el famoso aterrizaje de emergencias y que todos los presentes no podrían volver a ver a sus familiares o amigos más cercanos. Felipe vio su vida pasar durante 12 minutos, “mis últimos 12 minutos de vida”, según indica en su blog. Se encontraba en un momento difícil y peliguado ya no por él, sino por su familia: por Chie y los niños. Felipe Bozzo no pudo parar de pensar en Chie y sus cuatro niños (Sofía de 6 años, Rafa y Nacho de tres años cada uno y con Carlota, la pequeña de la familia con dos años de edad).

¿Qué pensarían los niños en un futuro sobre el accidente? ¿Cómo podría sacar Chie a los cuatro niños? Mientras Felipe Bozzo se hacía esas preguntas pensaba que él no se podía morir, no ahora. En este momento, los recuerdos, las imágenes y miles de preguntan invaden nuestras mentes, preguntan que antes no nos había planteados y que en un momento difícil salen a la luz.

“¿Saben que les amo?”, esa es la pregunta que se realizó Felipe Bozzo durante esos últimos 12 minutos de vida y llegó a la conclusión que el amor es lo único que permanece en la vida, dura, alimenta al alma y perdura incluso en momentos difíciles y negativos, al contrario que ocurre con los bienes materiales.

Tras un momento difícil para hacer uso de la inteligencia emocional, comenzó el aterrizaje de emergencia en el aeropuerto de “Viru Viru” (en Bolivia). El avión no explotó y todos los pasajeros resultaron ilesos. Felipe Bozzo acababa de comenzar una nueva segunda vida junto a Chie y sus cuatro pequeños. Una vida donde tenía que hacer cambios y donde se sentía realmente feliz. La mente es muy poderosa y muchas veces es imposible de controlarla.